Una historia real protagonizada por Julia Roberts, cuya
actuación le valió el Oscar a mejor actriz por su interpretación de esta mamá soltera que, sin ninguna formación legal, consigue sacar
adelante un importante caso que se iba a archivar.
Viajaremos a través de difíciles negociaciones
extrajudiciales sin éxito para finalmente enfrentarnos en sede judicial a una
gran compañía que está contaminando el agua de la ciudad. La decisión y el
optimismo de Erin conseguirá contagiar a sus compañeros de despacho y a los
vecinos (incluso a los que la veamos en acción) para iniciar una ardua
investigación que derivará en una demanda colectiva por daños punitivos.
El final? No quiero hacer spoiler, pero en 1996 consiguieron una de
las sentencias más importantes en la historia de Estados Unidos.
Os dejo por aquí el ENLACE a una de mis escenas favoritas de
la película.
Os dejo también el TRAILER.
¿Cómo sería el caso en España?
En la película estaríamos, en principio, en la jurisdicción
civil por reclamación de responsabilidad civil. Sin embargo, en España la cosa
tendría un camino diferente.
Al haber muertes probadas, tendríamos que haber empezado por
una denuncia por los fallecimientos, lesiones y secuelas que sufrieron los
afectados, y por tanto, reclamar también la responsabilidad penal de los
responsables, ya que según se prueba, la empresa estuvo vertiendo una sustancia
nociva para la salud de las personas durante 14 años.
Por otro lado, habría que depurar también la responsabilidad
de las Administraciones Públicas encargadas de velar por la protección del
medioambiente, de la salud de las personas y del correcto actuar de las
empresas cuyos desechos tienen impacto en nuestro entorno.
Todo esto se sustanciaría, primero en un proceso penal con determinación de responsabilidad penal y aplicación de las sanciones correspondientes; y luego en la vía civil que es donde resolveríamos el tema de la responsabilidad civil reclamando las indemnizaciones pertinentes, que es la parte que se ve en la película.
Para hacer todo ello deberíamos de acumular toda la prueba
posible, como bien hace Erin en la película, y además hacer acopio de un enorme
fondo de normativa. Penal para poder formular las acusaciones y pedir las sanciones,
Administrativa para valorar el impacto medioambiental, las responsabilidades y
el régimen sancionador, y Civil para apoyar nuestra reclamación de
indemnización por los daños y perjuicios sufridos.
Sin contar con que, al estar actuando en vía penal y luego
en vía civil, habríamos de dominar muy bien las disposiciones de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal y de la Ley de Enjuiciamiento Civil aplicando los diversos matices que
pudieran existir según los procedimientos llevados a cabo.
Como veis, ser Abogado no es fácil, pero es maravilloso poder
ser la herramienta que traiga Justicia a la vida de quien lo necesite.